MAGALÍ/ LILI (Jorgelina Aruzzi)
“Una chiquitita con cuerpo grande”
Por su historia y su maternidad arrebatada, Magalí es una mamá protectora, amorosa y consejera cuando hace falta y por el otro, una nena traviesa que sigue únicamente los juegos y las aventuras que le propone su ilimitado mundo mágico.
El personaje que se armó para simular su identidad es un especímen extraño y casi incalificable ante los ojos de los demás:
Se viste y peina “raro”, respetando sus propios impulsos en cuestiones de moda y estilos”. Su estado de ánimo le dicta como tiene que vestirse: si está alegre, su ropa y accesorios son un estallido de colores y formas. Si está triste o malhumorada, su aspecto es el de una monja de clausura o una institutriz del siglo XVIII.
Es generosa, solidaria y justiciera. Si alguien está en problemas, aunque sea su peor enemigo, será la primera en ayudar y más de una vez la terminarán usando o pagando los platos rotos por salvar a los demás …
Le encanta bailar y cantar, vive inventando melodías y coreos que después lleva a la práctica con los chicos. Al igual que con su incontinencia verbal, tiene “incontinencia musical”, puede estar en una reunión importante con señores muy serios y si le surge una música, tiene que tararearla o hacer algunos pasos para no olvidársela, ante la pavura de los presentes.
Por algún tiempo la empresaria y el ángel bufón se disputarán la personalidad de la “Señorita Manzanas”. El amor de los chicos, su desesperación por encontrar a su hija/o y el mundo mágico de la infancia perdida que acaba de recuperar, la atarán cada vez más al hogar.
Cuando la empresa familiar quiebre, la directora ejecutiva habrá desaparecido y Magalí se convertirá definitivamente en Lilí
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